Hace tiempo cuando mi amiga Marcela, sus hermanos y yo jugábamos a la casita en la casa de ella en el patio, un dia nos faltaban los platos para poner la comidita y no cualquier comida, todo súper elaborado. Usábamos, mejor dicho, sacábamos todo lo que no servía y lo que sí servía de la heladera para jugar. La cuestión es que faltaban platos y la madre de marcela habia comprado unos azulejos (me acuerdo que eran azules con dibujos blancos) para la cocina y los hagaramos para usarlos como platos, jugábamos toda la tarde. Al otro día a la tarde fue Marcela a mi casa y me dijo:
_ No sabés anto mi mama busco esta mañana como loca los azulejos, vamos a mi casa a jugar.
_ Bueno- le dije yo.
Cuando llegamos a la casa nos pusimos a lavar los azulejos, pero no sabíamos donde ponerlos porque los habían buscado por todas partes, entonces nos subímos arriba del techo y los dejamos ahí arriba. Cuando llegó la madre, Diego, el hermano más chico de Marcela, nos había visto y le dijo que los azulejos estaban arriba del techo y que nosotras los habíamos subido.
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